Fuente: http://www.elcomercio.es/culturas/libros/201504/26/poesia-sirve-para-poner-20150426010411-v.html
Sara Alonso Palicio (La Felguera, 1991) acaba de publicar su primer libro de poemas, 'Las costumbres vacías', ganador del Premio de Poesía Asturias Joven.
Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y residente en Madrid por motivos de estudio y laborales, afronta la edición de su poemario como un estímulo para seguir creando.
¿Cómo definiría usted 'Las costumbres vacías'?
Es mi primer libro. Los poemas son más intensos que los que había venido publicando. Nace de una serie de lecturas en las que se mezclan la poesía y el teatro. El poemario tiene un carácter dramático, con sus acotaciones internas, la parte de los solos del poeta, hasta el colofón final en el que viene a caer el telón. Son poemas pero dentro de un universo dramatúrgico.
¿Cuáles son esas costumbres?
Tal como aparece en la parte final, se parte de la idea de que los seres humanos somos continentes de costumbres, nos definen los ritos y lo que nos acompaña. Lo que hacemos es lo que somos.
Se refería a una serie de lecturas que habían marcado el tono del libro. ¿Se atrevería a desvelar alguno de esos nombres propios?
Por mi formación filológica leo de todo. En cuanto a lo que más me ha podido marcar como lectora de poesía, ha sido la generación de los 50, con Ángel González, o la de los 80, con Luis García Montero, Javier Egea o, por citar a un poeta de aquí, Alberto Vega. Seguramente su influencia no aparece explícita en mi libro, aunque pueda percibirse que está latente.
Su interés pasa por la poesía realista, por simplificarlo, ¿no?
Sí, podríamos llamarla así. Eso no quita que me interesen otro tipo de poetas, como Lorca, que sí tal vez esté más presente en este poemario en cuanto a las formas mixtas de poesía y teatro...
¿Cuál sería la clave poética en la que le gustaría que se leyesen sus versos?
Entiendo la poesía como un mecanismo para poner a la vida contra las cuerdas. La literatura ha de tener ese fondo o trasfondo de lo real, además de procurar la emoción o la belleza, tiene que tener algo debajo, una base viva. No es una negación de la poesía como ficción. De hecho, en mis poemas cuenta bastante ese otro aspecto, esencial en toda literatura verdadera.
Una ficción en la que ¿siempre pesaría ese fondo real?
Claro. Es una posibilidad cierta. Siempre puedo servirme de una vivencia o de una idea personales para componer esa trama de ficción. No se trataría tampoco de utilizar la realidad como si pretendiese realizar una fotografía o una radiografía, sino de encauzarla a través de los mecanismos coherentes con un discurso poético, en esas claves.
¿Qué ha supuesto este premio?
Una gran ilusión y, sobre todo, después de ver el libro, con el gran trabajo de edición que han hecho en Trabe, respetando muchísimo la disposición del texto que yo había dispuesto. En cuanto a mi poesía, supone un punto de inflexión. Hasta ahora había estado haciendo muchos ejercicios poéticos, tanteando y aprendiendo. El hecho de ver terminado un libro y publicado es un estímulo para afrontar esos futuros posibles poemas con algo más de seguridad.
PABLO A. MARÍN ESTRADA