Publicada por el sello Llantodemudo, la poesía de Castellanos -poeta, editor y catedrático- en la que predomina un tono lírico, se inició con Umbrales, al que siguieron títulos como Líneas, Elementos, Jardín a tientas, Residuario y Lettera 22.
Entrevistado por Télam, Castellanos explica que "reunir los textos en un volumen significaba, por un lado, un cierre conceptual y, por otra parte, tuve la fantasía de que se abriera una nueva etapa. Creo que esta "Poesía Reunida" es una especie de balance, de blanqueo, de descanso necesario en un proceso de escritura que desconozco cómo y cuándo culminará. Es un gesto de completud en el transcurso de la incompletud que somos".
T: En tus libros citás varios autores ¿a cuáles reconocés como influencias o vecindades en tu obra?
C: Creo que "vecindades" es un término más que adecuado. De eso se trata: para mí escribir es tomarse de la mano de esos vecinos que siempre estuvieron de alguna manera esperándonos, ofreciéndonos su palabra, su mirada, su destino o su alivio. Los autores vecinos pueden estar en la poesía, pero también pueden hallarse en otras disciplinas, como la filosofía o el psicoanálisis.
T: En tu poesía se destaca una danza de elementos -agua, fuego, tierra, aire- que se tensan en una lucha de contrarios?
C: Creo que los elementos que habitan la materia -y la escritura es eso, materia- son los que danzan, los que más que luchar como contrarios se complementan en el movimiento, se mantienen en un estado de equilibrio por debajo de la aparente inestabilidad de lo visible. El poema me parece una foto, una visibilización rápida de lo invisible, un instante en la eternidad del transcurrir. Y la escritura poética entiendo que hace de esa fluencia perenne una pequeña eternidad, un orbe llamado poema.
T: ¿Hay en tu hacer un lirismo no usual en la poesía argentina?
C: Coincido, aunque no sé si es un logro. Por otra parte, el "lirismo" es una cuestión que tiene que ver con el tiempo y el lugar de lo interior, con la danza de lo existente y la mirada de esa danza que toma lo ingrávido y aspira a expresarlo, sabiendo que esa ingravidez es también materia conjetural, hipotética, provisoria.
La verdad de un poema no está en el querer decir, está en lo que realmente dice, en lo que la ficción del poema promueve, en lo que encierra y a la vez desata su forma.
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T: Convive con esa cuerda lírica, el pasaje narrativo y el tono coloquial, ¿cómo se ve en poemas de Residuario y Jardín a Tientas?
C: El tono coloquial tiene que ver con la observación. Me ocurre imaginar historias a partir de la ocurrencia de hechos (o de la visión de la ocurrencia de esos hechos) a menudo minúsculos. Ahí está residiendo la razón de lo cercano. Eso que ocurre o que veo que ocurre se "ficcionaliza" y para su expresión es necesario un lenguaje cuyo tono respete la cualidad accidental de lo mirado.
T: Hay palabras que atraviesan tu escritura: sombras, huellas, ensueño, son algunas. ¿Podrías referirte brevemente a ellas?
C: Es cierto, aparecen con frecuencia. Y aparecen porque no dejan de ser conceptos que se dirigen a la lábil cualidad significante sobre la que se construyen: al silencio o vacío en el que se inscriben. Seguramente aparecen a menudo porque la mirada es la misma; la fugacidad y la breve eternidad que enuncian, la misma.
T: Dos ejes fuertes de tu obra son la indagación existencial,
metafísica y el eros amoroso, ¿lo ves así?
C: Acaso sea así porque no ha de haber campo más propicio para la indagación que la materia amatoria. El pensamiento tanto poético como filosófico concurren frecuentemente a esa temática. Hasta la filosofía política está enlazada a lo amatorio, simplemente porque es lo más humano de lo humano.
T: Otro núcleo de tu Poesía Reunida, es la delgada línea entre el ser y el no ser?
C: Tanto coincido en la delgadez de esa línea que creo que a veces es imposible distinguirlas como entidades. Ya los "phisistas" presocráticos se plantearon estos problemas. Ellos dieron origen, desde la filosofía de la naturaleza, al pensamiento especulativo, a la especulación racional o la metafísica, que como filosofía que es, es sólo interrogación a partir de la perplejidad, por lo que no se sabe y se pretende explicar aunque se tenga la presunción de que nunca podrá ser explicado.
Creo que la poesía es una respuesta "irresponsable", con alto contenido retórico, más cercana a la formulación en sí que a la presunta verdad de lo formulado.
T: ¿El remate de tu poema "Cercanías" -"cifra del todo, cifra ciega"- podría estar resumiendo todo una poética, ¿coincidís?
C: Sí. Al menos lo fue en ese momento. Pero sabemos que la poesía y hasta a veces un mismo poema da la posibilidad de contradecirnos, porque el poema no busca la verdad, la verdad es sólo su enunciado.
LLANTODEMUDO