Fuente: http://brecha.com.uy/cruces-de-poesia-14/
DICKINSON x BERENGUER. La aparición de las versiones de Amanda Berenguer de medio centenar de poemas de Emily Dickinson permite acceder en español a una nueva lectura de la poesía de la autora de Nueva Inglaterra.
La edición estuvo a cargo de Ignacio Bajter, integrante del Equipo de Investigaciones de la Biblioteca Nacional, quien realiza una esclarecedora presentación de la deriva que dio lugar a estos textos. El resultado que el lector encuentra al abrir su ejemplar de 50 poemas no es, explica Bajter, el libro específico de traducciones preparado por Berenguer, aunque ese libro existió, al menos como un serio proyecto literario. Ya en 1982, en un artículo que el libro preparado por Bajter reproduce, José Pedro Díaz, esposo de la traductora, daba cuenta de la existencia de un conjunto de poemas de Dickinson vertidos al español por Berenguer. Fue aumentando y "destilándose" con el correr del tiempo, pero no terminó de ser totalmente organizado en términos de selección y ubicación de textos. Por eso el investigador de la Biblioteca Nacional recorre los archivos Berenguer que esa institución tiene en custodia y organiza en libro este 50 poemas que es, como indica Baxter, "un proyecto de escritura privada y furtiva que Amanda Berenguer expurgó en varias etapas y abandonó en alguna habitación de la casa". Parte de 47 poemas que son la base más segura de aquellos 50 que Berenguer estaba preparando, y que encontró en cinco libretas. Luego aparecieron otros hasta que finalmente el libro titulado 50 poemas se compone de 54 textos.
"La traductora –escribe Díaz– no se arrogó el derecho de esclarecer o precisar el sentido de un verso dado, sino que se esforzó en respetar la audacia modernísima del original, que muy a menudo fue elogiado precisamente por eso, por lo que lo hace precursor de algunas libertades formales ya habituales en nuestro tiempo." n
DICKINSON x MANENT. Todo trabajo de traducción es trabajo de creación, decía Octavio Paz, por lo que dos versiones de un mismo texto preparadas por traductores diferentes serán, inevitablemente, distintas. Por eso resulta de utilidad que exista en algunas librerías de Montevideo otro conjunto de versiones de la Dickinson, en este caso realizadas por el catalán Mariá Manent y publicadas por Visor con el título de Poemas, aunque sólo un puñado de textos coincidan.
Al igual que Berenguer, Manent parte de la edición canónica preparada por Thomas H Johnson, y ambos libros –el de Visor y el de la Biblioteca Nacional– son bilingües, por lo que puede seguirse la versión en español con el espejo del inglés. Al hacerlo se ve que Manent se despega más del original. El texto que cierra 50 poemas es esclarecedor de esa diferencia. "Yo morí por la Belleza", dice la Dickinson de Berenguer. La de Manent elude el pronombre. "Estaba apenas arreglada en la tumba", continúa la de Berenguer, mientras que la de Manent: "apenas en la tumba yacía". Desde la estancia contigua, uno que murió por la Verdad pregunta "suavemente" o "en voz baja", según quien sea que traduzca, por qué murió la protagonista. Y llegan a un final, más fiel al original en Berenguer, aunque ese mismo final versionado por Manent podría leerse con más comodidad en español si el catalán no hubiese elegido para kinsmen una palabra castellana que hoy suena tan a crónica deportiva. Los protagonistas del poema hablan "como Parientes reunidos en la noche" (Berenguer) o "como unos allegados que se encuentran de noche" (Manent), y lo hacen "hasta que el musgo nos llegó a los labios y cubrió nuestros nombres", según el final que reconstruye Manent con las palabras de Dickinson y que Berenguer versiona manteniendo los arcaicos signos de puntuación del original.