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El Profesor Ricardo Dino Taralli tenía una carpeta especial en la que guardaba las cartas que enviaba y recibía de otros escritores. Al enseñármela me dijo que siempre es bueno para quien escribe guardar las misivas que recibía de otros colegas, pues era muy valioso ese escrito original y personal.
Obviamente, no todas las cartas son piezas de literatura, algunas guardan solamente formalidades. Pero hay otras que llevan una carga extra de ansiedad, especialmente las que se envían a los autores que admiramos.
En una entrevista realizada por la revista El Punto y la Coma de julio de 2015, conocí la poesía de Meira Delmar a través de don Carlos Figueroa. El poeta citó de memoria un bellísimo poema de la colombiana Olga Isabel Chams Eljach, más conocida por el seudónimo de Meira Delmar, ?Yo me iré una tarde de lluvia gris, estarán como ahora silenciosos los árboles y apagados detrás de la niebla, el agua cayendo, soñando apenas, dibujará fantasmas desvaídos/ y ángeles tristes cerrarán las nubes con manos de marfil, entonces yo me iré tan vagamente como se va un camino y tú quedarás pensando que me quedado quieta.?
Don Carlos Figueroa contaba en esa nota que él estaba influenciado por la poesía de Delmar. ?Su lirismo me avasalló?, confesaba. A través de un amigo consiguió la dirección de la poetisa en Barranquila, Colombia y le envió su libro ?Soles de la memoria?. Delmar le contestó enviándole su antología personal y un disco compacto con la grabación en su propia voz de sus poemas.
Qué importante espaldarazo para quien comienza a incursionar en la ilusión de las palabras, que ser reconocido o criticado por su referente en las Letras!
En la biografía de Meira Delmar se cuenta que ella a su vez, en 1942, envió una carta con sus poesías y su primer libro ?Alba de olvido? a la famosa Juana de Ibarbourou, domiciliada por ese entonces en Montevideo, para solicitar su opinión sobre las mismas. Su felicidad fue inmensa cuando en respuesta recibió una hermosa misiva en la que la renombrada autora de ?Chico Carlo? la felicitaba y la impulsaba a seguir escribiendo.
En una epístola a un joven poeta decía, Oscar Wilde que ?El mejor trabajo en literatura se hace siempre por aquellos que no dependen de ésta para su pan de cada día, y la forma más alta de literatura, la Poesía, no provee ninguna riqueza al poeta?. Yo agregaría que tal vez no los haga millonarios, pero sí ricos en amigos, seguidores y admiradores por la forma en que eligen los sonidos, las preciosas palabras y el ritmo de sus obras.