Fuente: http://www.elnortedecastilla.es/culturas/201410/07/antonio-colinas-repasa-muchas-20141007210235.html
Existen varias Teresa de Ávila: la abulense, la santa, la mujer luchadora, la brillante escritora... Todas esas facetas fueran repasadas ayer por Antonio Colinas en el discurso que pronunció en la capital abulense al recibir el premio que lleva el nombre de 'La Santa', a unos pocos días de que empiece el V Centenario de su nacimiento.
El escritor leonés subrayó la «dualidad» que se observa en muchas de las facetas de la mística, principalmente al enfrentar su mundo interior con su imagen exterior.
Por un lado, «una mujer aguda, viva, inteligente, osada y, a la vez, extremadamente paciente». Por otro, una persona caracterizada por «el recogimiento y el trance». La «Teresa luchadora, extrovertida y viajera» es la misma que ha encontrado la paz interior. Tremendamente ilustrada, pero defensora de la llaneza, con un «escritura personalísima» que surge «con enorme naturalidad». Cara y cruz conforman una «personalidad única» en unos tiempos que ella misma definió como recios.
Lo que quedó claro es que para Colinas el XV Premio de las Letras Teresa de Ávila que otorga el Ayuntamiento no es un galardón más, sino un reconocimiento «especial y entrañable». En primer lugar, porque reconoce una trayectoria literaria de casi medio siglo que arrancó en 1969 con la publicación de su primer libro: 'Poemas de la tierra y de la sangre'. A esto hay que añadir que se trata de una distinción que nace en Castilla y León, donde están las raíces del «pensamiento y la literatura» de este escritor.
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El poeta también destacó que el premio lleva el nombre de Teresa, a quien admira «como escritora y como mujer luchadora de su tiempo», y de Ávila, «un lugar muy entrañable» para él. En este sentido, recordó las primeras visitas que realizó a la ciudad, «en secreto, como un turista», para conocer los principales lugares teresianos. De hecho, Colinas cerró su intervención con la lectura del poema 'En Ávila, unas pocas palabras', de su libro 'Desiertos de la luz'.
El alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, afirmó que la poesía de Colinas «refleja la cercanía a nuestra patrona». Tras destacar la «extraordinaria calidad» humana y literaria del premiado, añadió que «hacía tiempo que se merecía este galardón». También asistió al acto de entrega el regidor de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, quien aseguró que «la poesía sirve de unión, una vez más, a las dos ciudades», ya que el escritor leonés es un salmantino de adopción.
Ganador del Premio Nacional de la Crítica (1976), del Nacional de Literatura (1982) y del Premio de las Letras de Castilla y León (1992), Antonio Colinas se impuso a los nueve finalistas de un certamen dotado con 12.000 euros, una escultura de Emilio Sánchez y la publicación de un libro sobre su obra en la colección Castillo Interior.
Su nombre se une así al de otros distinguidos con este premio, como Fernando Arrabal, Juan Gelman, Victoriano Crémer, Clara Janés, Luis Alberto de Cuenca, Ángel García López o José Luis Alonso de Santos, entre otros.