Fuente: http://www.elmundo.es/andalucia/2015/04/15/552e2ab8ca4741a5698b4577.html
Han visto a la poesía suelta, como a Dios en todas partes, por Marbella. Lo mismo le regala caramelos rellenos de versos a los más pequeños, casi a la hora del recreo, que deja un micrófono abierto enmedio de una plaza para que se improvise un recital del pueblo.